Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson

 FICHA TÉCNICA:

Nombre: Siempre hemos vivido en el castillo

Autora: Shirley Jackson

Fecha de publicación: 1962

País: E.U.A


"Nos tragamos el año. Nos comemos la primavera y el verano y el otoño. Estamos esperando a que crezca algo para luego comérnoslo".

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Mary Katherine Blackwood o Merricat es nuestra maravillosa y misteriosa protagonista que narra la historia. Es una joven de dieciocho años que vive con su hermana Constance, diez años mayor que ella, y con su tío Julián. Hace seis años sucedió un evento aterrador que marcó sus vidas para siempre: toda su familia murió envenenada. Una de las hermanas puso arsénico en el azucarero. Constance, que había preparado la comida ese día, y que justo se encontraba lavando el azucarero antes de que llegara la policía, fue acusada de los envenenamientos; a Merricat la enviaron fuera durante el juicio. Su tío aún no se ha recuperado del trauma desde entonces y vive para recordar todos los días aquel momento. Se dedica a pasarse un buen rato sentado en su silla de ruedas mientras está en el jardín, ocupándose de escribir su relato de ese día. 

No es ningún secreto que Merricat detesta a las personas del pueblo. Lo expresa abiertamente. Aborrece tener que salir de su hogar para ir de compras a la aldea. Todos la miran detenidamente, se burlan, hablan de ella y de su hermana con descaro, de lo que ocurrió y que desde entonces siempre han vivido solas ahí, en su mansión.  Mary no soporta escucharlos, sus pensamientos son tan intensos que pareciera no lo hace en serio. Pero poco a poco sabremos lo que siente y por qué lo hace, 

"Siempre pensaba en la putrefacción al acercarme a la hilera de tiendas; pensaba en quemar la podredumbre negra y dolorosa que lo corrompía todo desde dentro y tanto daño hacía. Eso era lo que deseaba para el pueblo".

Sus fantasías con inquietantemente sádicas: 

"Estoy caminando sobre sus cuerpos". 

"Les pondré veneno en la comida y observaré cómo mueren". 

Pareciera que es un problema de ella, pero no lo es y mientras más nos adentramos en la historia, sabremos cuál es el motivo de su desprecio hacia el pueblo. Si hay algo que no se puede ocultar es la increíble cariñosa y estrecha relación que tiene con su hermana;  la quiere demasiado y sólo desea lo mejor para ella, no le gusta que la dañen. Por lo tanto, teme que algún día Constance decida irse del castillo y la abandone. 

Merricat va presenciando un "cambio" en sus vidas, y justamente así ocurre. Sin previo aviso, llega Charles, su primo, que es un pesado y grosero e intenta mandar en la casa. Tiene un objetivo y es robarles el dinero del padre fallecido, que cree que esta en una caja fuerte. Se queda a vivir unos días y ocupa el lugar del padre y ocupa sus cosas. Y como era de esperar, Katherine lo odia. Se lo dice en varias ocasiones. Sólo espera su partida, que ella ve muy lejana. Definitivamente tiene que hacer algo. 

El desenlace es asombroso. Nuestra adorable Merricat no iba a permitir que su primo Charles hiciera lo que él deseara con su hogar. aquel en donde siempre han vivido. 

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Qué puedo decir, esta lectura me ha fascinado. Me encanta Mary Katherine. Simplemente es maravillosa; tiene un humor y un cinismo impresionante. Sus pensamientos van mas allá de lo que podríamos esperar de ella. Lo recomiendo ampliamente, ya sea que te guste o no el genero de ficción gótico o misterio, este estilo muy particular de Shirley realmente te atrapa. 

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" A veces, cuando deseaba que todos los del pueblo estuvieran muertos, pensaba que debería salvar a Stella, porque de entre todos ellos era la que más se acercaba a la amabilidad, y la única que aún mantenía una pizca de color".


"Quizá Jim Donell no tardaría en morirse; quizá ya estaba pudriéndose por dentro y eso acabaría matándolo".


"Fingía no entender su idioma; en la Luna hablábamos una lengua suave, líquida, y cantábamos bajo la luz de las estrellas, contemplando desde lo alto el mundo, abatido y mustio".


"No tenía intención de tocar el anillo; la idea de tener un anillo en el dedo siempre me había hecho sentir atada, porque los anillos no tienen ninguna abertura por donde escapar".

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