Mi vida como el árbol de higos de Sylvia Plath

Sylvia Plath escribió un fragmento en su libro La campana de cristal, en el que hace referencia a las decisiones que se toman en la vida y cómo resulta complicado escoger sólo una cuando tienes tantas opciones a elegir. Además de la incertidumbre que se genera al no saber si eso traerá un futuro que sea agradable para ti y con el que te sientas satisfecho. Causó un enorme impacto en mí porque sentí que ella me comprendía tanto que escribió algo que yo también he pensado durante toda mi existencia. De esa manera, decidí adaptar el fragmento a mi vida.

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Vi la vida ramificándose ante mí igual que la higuera verde del cuento.

De la punta de cada rama, como un suculento higo morado, un futuro maravilloso me atraía y me tentaba. Un higo era una relación conyugal y un hogar feliz, y otro higo era una dramaturga famosa, y otro higo una profesora brillante, y otro higo una imparable bióloga, y otro higo era N. C, la fantástica investigadora científica, y otro higo era Canadá y Europa y Australia, y otro higo era un montón de amigos con apellidos curiosos y profesiones estrafalarias, y otro higo era una virtuosa cantante de ópera, y más allá y por encima de esos higos había muchos más que no acertaba a distinguir.

Me vi sentada en la horcadura de esa higuera, muriendo de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos deseaba. Los quería todos, pero elegir uno significaba perder los demás, y mientras permanecía allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaban a arrugarse y a ponerse negros, y uno por uno caían en el suelo a mis pies. 

Y finalmente, a pesar de haber tardado en elegir, aún vacilando tomé un higo y entonces pude tener esa vida. Sólo que era demasiado tarde y el higo estaba tan podrido como lo estaba mi vida.